Title: Cincuenta y cuatro Canciones Españolas del siglo XVI: Cancionero de Uppsala
Editor: Rafael Mitjana
Release date: October 14, 2013 [eBook #43950]
Most recently updated: October 23, 2024
Language: Spanish
Credits: Produced by Carlos Colon, Emmanuel Ackerman, University
of Toronto and the Online Distributed Proofreading Team
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Nota del Transcriptor
Este libro ha sido reproducido con los errores de ortografía, y ortografía antigua tal y como aparecen en el texto original. Errores obvios de imprenta han sido corregidos. La letra "j" se usa varias veces en la letra de las canciones con dos puntos (diéresis). La letra "jota con diéresis" se muestra como "[:j]".
CANCIONERO DE UPPSALA
AHORA DE NUEVO PUBLICADAS, ACOMPAÑADAS DE NOTAS Y COMENTARIOS
POR
D. RAFAEL MITJANA
UPPSALA
A.-B. AKADEMISKA BOKFÖRLAGET
DEPÒSITO PARA ESPAÑA: LIBRERIA DE ENRIQUE RIVAS, MÀLAGA
UPPSALA
IMPRENTA DE ALMQVIST & WIKSELL
1909
AL Sr. D. ERIK SCHÖNE STAAFF,
Profesor de Lenguas y Literaturas romances en
la Real Universidad de Uppsala.
Mi querido amigo: Muy grato placer es para mi encargarme de conmemorar con la publicaciòn del presente trabajo, el solemne acto de su toma de poseciòn de la Càtedra de Lenguas y Literaturas romances, en la venerable Alma Mater uppsaliensis, à la que me ligan tan grandes y estrechos vínculos de afecto.
Dicha solemnidad viene à coronar una carrera, si no larga por fortuna, muy brillante, durante la cual ha logrado Vd. dejar impresas las huellas de su preclaro talento y no vulgar erudicion, en el ancho y dilatado territorio de los estudios hispànicos. Yo amante como el primero de las letras y las artes de mi patria, el mejor patrimonio que queda de la ilustre raza à que pertenezco, hubiera sentido no aportarle con motivo de tan fausto suceso, un testimonio de gratitud y de amistad.
Por eso he creido oportuno reimprimir à casi cuatro siglos de distancia, los textos poèticos del peregrino Cancionero, hasta hoy desconocido, por mi descubierto en la Biblioteca Carolina. En la colecciòn hallará Vd. representadas todas las lenguas que se hablan en la Península Ibèrica, castellano, galaïco-portuguès y catalan, y es posible que suministre à Vd. campo donde espigar esas observaciones filològicas, que tan atinadamente ha formulado en sus precedentes trabajos.
Cumplo asi pues una deuda de gratitud para con el erudito autor de l'Etude sur l'ancien dialecte Léonais, sàbio comentador de Gonzalo Garcia de Santa Maria; y aprovecho la oportunidad, para renovar al amigo cariñoso que tanto y tan eficazmente ha contribuido à hacerme agradable mi residencia en Suecia, la seguridad de mi consideraciòn y aprecio.
Suyo afmo S. y A.
Q. L. B. L. M.
Rafael Mitjana.
Uppsala, 30 de Enero de 1909.
En una de mis visitas à la Biblioteca de la Universidad de Uppsala, tuve la singular fortuna de tropezar con un rarísimo volumen de mùsica española, que hasta el presente ha escapado à las investigaciones y pesquisas de los mas diligentes bibliògrafos. Dicha colecciòn de Villancicos, que me atreverè à llamar Cancionero de Uppsala, merece en mi entender una descripciòn detallada y exacta, por tratarse quizàs, y sin quizàs, de un ejemplar probablemente ùnico—pues no existe à ciencia cierta en las grandes Bibliotecas de Paris, Viena, Munich, Berlin, Londres y Madrid—y por ser un verdadero dechado de mùsica profana española, sin duda alguna, la mas antigua colecciòn impresa que nos sea conocida.
He aqui pues su señalamiento bibliogràfico:
Villancicos | De diuersos Autores, à dos | y à tres, y à
quatro, | y à cinco bozes, | agora nueuamente | corregidos. Ay
mas | ocho tonos de Canto llano, y ocho tonos de | Canto de Or-
gano para que puedam, | Aprouechar los que, A can | tar comen-
çaren. (Viñeta: Un angel volante que apoya el piè derecho sobre
una rueda alada, y lleua en la mano diestra una llama y en la
siniestra una trompeta.) Venetiis | Apud Hieronymum Scotum.
| MDLVI. |—(Vèase la reproduccion.)
Peqº. in-4º. de LXIII fol. numerados por una sola cara.
Contiene este precioso libro hasta cincuenta y cuatro canciones: 12 respectivamente, à dos, tres y cuatro voces, y seis à cinco, con textos sobre temas amorosos y picarescos; las 12 composiciones que faltan para completar el total, son Villancicos de Nauidad, diez à cuatro voces, y dos à tres. La mayor parte de la poesias son castellanas, salvo cuatro (nros 23, 24, 35 y 45) catalanas y dos (nros 9 y 54) galaïco-portuguesas.
Respecto à la mùsica, que no lleva ninguna indicaciòn de autor, bien se echa de ver que es de muy distintas manos. Una sola cancion—nro 49,—ostenta al frente el nombre de Nicolàs Gombert, famoso compositor flamenco, natural de Brujas, que permaneciò al servicio de Carlos V, desde 1520 hasta 1533, desempeñando durante los cuatro ùltimos años de dicho periodo, el puesto de maestro de infantes de coro en la Capilla Real de Toledo. Esta indicaciòn excepcional me parece demostrar que las obras restantes son debidas á mùsicos españoles y tan populares entre los aficionados, que todo el mundo conocia los nombres de sus autores.
A simple vista se nota la diferencia entre el madrigal de Gombert, de estilo sentimental y florido, con la casi totalidad de las canciones del volumen, inspiradas en su mayor parte en el mas puro gusto popular, y que denotan por su caracter, marcadamente nacional, proceder del mismo grupo de compositores cuyas admirables creaciones pueden verse en el tan notable Cancionero de los Siglos XV y XVI, publicado por el benemèrito Barbieri. En mi opinion las obras que figuran en el Cancionero de Uppsala son debidas à los muchos y muy notables maestros españoles que residieron en Italia, sobre todo en la corte pontificia, durante la primera mitad de la dècima sexta centuria. Entre ellos se cuentan nombres tan gloriosos como los de Juan del Enzina, Cristobal de Morales, Francisco Peñalosa, Bartolomé Escobedo, Pedro Ordoñez, Antonio Calasanz, y tantos otros que seria prolijo citar.
VILLANCICOS
De diuersos Autores, a dos,
Y A TRES, Y A QVATRO,
Y A CINCO BOZES,
AGORA NVEVAMENTE
CORREGIDOS. AY MAS
ocho tonos de Canto llano, y ocho tonos de
Canto de Organo para que puedam,
A prouechar los que, A cantar
comencaren.
VENETIIS,
Apud Hieronymum Scotum.
MDLVI.
Para mi es indudable que algunas de las canciones que à continuacion pueden leerse y cuyo texto es indiscutiblemente de Juan del Enzina, fueron tambien puestas en mùsica por aquel fecundo ingenio. Otras, y esto aumenta el ìnterès del Cancionero de Uppsala, me parecen ser los originales de algunas de las canciones transcritas para vihuela que se hallan en el rico tesoro de nuestros libros de cifra, lo que viene à confirmar su popularidad. Una nota marginal manuscrita, al Villancico nro 36, indica que figura asimismo en la Silva de Sirenas de Anrriquez de Valderràuano. Pero no me extiendo mas en consideraciones inoportunas en este lugar, puesto que el lector curioso podrà ver mis observaciones en las notas y comentarios que siguen al texto.
Únicamente añadirè antes de terminar, que los compositores de esta série de Villancicos, dieron pruebas de muy buen gusto al elegir las poesias que habian de poner en mùsica; casi todas ellas son lindìsìmas, à veces rebosando sentimiento, à veces llenas de agudeza y sal àtica, en una palabra, dignas en verdad del gran florecimiento literario y artìstico que se iniciò en España durante el reinado de los Reyes Catòlicos. No me he permitido alterar para nada el texto original, reproduciendo su peculiar ortografia y hasta sus italianismos, y hecha esta declaraciòn en descargo de mi conciencia, vea el lector por si mismo, si tengo razon bastante para elogiar el exquisito sentido literario de lo anònimos maestros, á quienes debemos el precioso ramillete de flores del ingenio español, que forman el Cancionero de Uppsala.
(Igual al nro IV.)
(Igual al nro III.)
Soleta yo so açi. Si uoleu qu' eus uaya à abrir, ara que n' es hora; si uoleu uenir.
Mon marit es de fora, hont a montalua. Dema beserà mig, ¡Iorn abans que non tornara! E yo qu' eu sabia, pla que tos temps ho fa axi, ara que n' es hora, si uoleu uenir.
[1] Variante en la Voz de Bajo.
Qu' este' s el que à sido y es.
[2] el pero, en la parte de Tenor.
Las observaciones y comentarios que siguen, no tienen ni con mucho, la pretension de ser definitivos. Para ello—y ruego al prudente y discreto lector que lo tenga en cuenta—me hubiera sido necesario consultar muchos libros, algunos de la mas estremada y singular rareza, que no he podido tener á mano. He hecho sin embargo, y puede creèrseme bajo mi palabra, cuanto ha estado à mi alcance, pues ciertamente no es ni aficiòn, ni amor al estudio, lo que me falta. Sin embargo ni soy un erudito, ni presumo serlo. Solo me tengo por un ferviente amante de nuestras letras, que las estudia con ardiente entusiasmo. Pretender otra cosa seria otorgarme una patente de sabiduria, con marchamo de ingenio, à la que no soy ni puedo ser legìtimo acreedor.
La caprichosa fortuna que suele dispensar sus favores à aquellos que menos los merecen—al fin y al cabo es veleidosa como muger—concediòme la gracia de hacerme tropezar con el precioso y desconocido libro cuyo texto literario acabo de transcribir. No aprovecharse del hallazgo fuera necedad manifiesta, que si el ser presumido es leve falta, la ignorancia es pecado que no tiene perdon. Por algo el Espiritu Santo diò el buen consejo que nos dice: »Buscad y hallareis».
Desde luego debo confesar, que el interès del peregrino Cancionero de Uppsala—asi me complazco en llamarle—es mucho mayor bajo el aspecto musical que en el concepto puramente literario. Quizà sobre aquel particular pudiera consignar algunos datos de mayor importancia, pero no es este, asi precisa reconocerlo, el lugar mas oportuno para llevar à cabo semejantes investigaciones. Todo lo que dijera deberia ser aceptado[Pg 42] gratuitamente, ya que para juzgar de la exactitud de mis juicios ò de la oportunidad de mis observaciones, faltarian al curioso lector los comprobantes, es decir los textos musicales. Reservo esta parte de mi trabajo para el dia—si es que llega—en que pueda publicarla, pues los materiales estan acopiados, y solo falta comenzar la obra, que en realidad vendria à ser una consecuencia—y por que no decirlo—un complemento de aquel admirable Cancionero de Palacio, dado a luz por el inolvidable Barbieri, que vino a descubrirnos la mùsica profana española del Renacimiento, de aquella època gloriosa en que reinando Isabel y Fernando, Fernando o Isabel—en realidad Tanto monta—se conquistaba Granada, se efectuaba la unidad nacional y se descubria un nuevo mundo.
Haré sin embargo algunas ligeras indicaciones, de tal gènero, por no hacer absoluta traicion al objeto primordial de mis estudios y de mis amores, la mùsica española y su historia à traves de los siglos, pues no se trata como pretenden muchos de una utopia, ni de un sueño, ya que ha existido y aùn existe, como espero demostralo en un trabajo de gran aliento, que pronto vèra la luz publica, aunque mucho me pese por cierto, en idioma extrangero.
Jùzguense pues las siguientes Notas, como lo que en realidad son, es decir como un ligero avance en el estudio literario del curioso libro que pretendo ilustrar. Su verdadero fin no es otro, que el de señalar à los investigadores que me sigan, alguna pista que creo segura para la identification de la verdad. Si se juzga erronea mi opinion, con no seguirla el mal està remediado. En algunos casos he formulado observaciones de otro gènero que me han parecido curiosas ò pertinentes. Por desgracia mis pesquisas no han sido todo lo afortunadas que por mi parte hubiera deseado. Gran parte de tal culpa puede achacarse à mi falta de perspicacia y agudeza, pero en justicia, alguna corresponde tambien à las escasez de medios de trabajo con que he luchado.
Lo esencial para mi, era poner al alcance de los verdaderos eruditos, mi feliz descubrimiento. Ellos si lo creen digno de interès, se encargaràn de analizarlo como merece, depurando sus quilates.
Y esto dicho, paso à consignar mis observaciones y mis comentarios advirtiendo que el que dà de buena fe y con mejor voluntad todo lo que posee, no està obligado à dar mas.—Vale.
En el rarísimo libro de mùsica de cifra para vihuela, intitulado Silua de Sirenas, compuesto por el excelente mùsico Anrriquez de Ualderrauano, e impreso en Valladolid, por Francisco Fernandez de Còrdova, en 1547, segùn mis notas tomadas del ejemplar existente en la Bib. Nacional de Madrid, figura tambien una canciòn cuya letra comienza con el verso: Como puedo yo biuir...
El insigne poeta y mùsico Jorge de Montemayor, cantor en la capilla de S. A. la Infanta Dª Maria de Portugal, primera esposa de Felipe II, que despues de la muerte de dicha princesa, permaneciò adscrito al séquito del hijo de Carlos V, hizo una glosa que comienza: Vive en mi solo un contento... sobre el Villancico ageno:
Puede verse al folio 70 del Cancionero del excelentissimo Poeta George de Montemayor, de nuevo emendado y corregido... En Salamanca, en casa de Juan Perier, mercader de libros, e impresor 1579. (Al fin sobrepuesto: En Salamanca, por Juan Perier, año de 1576.)—Hay ediciones anteriores citadas por los bibliògrafos, pero la referida es la que he tenido ocasion de ver.
Creo probable que el Villancico ajeno sea el que aqui reproducimos.
Segùn puede verse en la lista de Obras que se indican en el Indice general, pero que faltan en el Manuscrito de Palacio, que publica Barbieri como ilustracion à su cèlebre Cancionero de los siglos XV y XVI, al folio: clxxiiij del referido códice, debia hallarse un Villancico que comenzaba por las palabras:
¿Tendria algo que ver con el nuestro?
En el Cancionero general de Hernando del Castillo, impreso en Valencia en 1511, se encuentra una poesia anònima, que comienza con el mismo mote o estribillo. Consta de dos estrofas, diferentes de la transcrita, y presenta la variante de decir el ùltimo verso: Que pasallos no podré...
Bajo el n:ro 107 del Cancionero de Barbieri, figura de nuevo, puesta en mùsica à cuatro voces por Juan del Enzina, que muy bien pudiera ser asimismo autor de la letra, en nada indigna por cierto del nùmen de tan eximio poeta y compositor. Es de notar que la parte de Tiple de la referida composicion, comienza exactamente del mismo modo que la primera de las dos voces de la nuestra, pero esta semejanza no pasa de los dos primeros compases: (la-la = so-la = fa-re-etc.), lo que permite suponer que es posible se trate de un primer esbozo de un trabajo contrapuntìstico mucho mas desarrollado posteriormente por el mismo autor. Es sabido que Juan del Enzina residiò largo tiempo en Roma, en las cortes de Julio II y de Leon X, y ya he dicho que las composiciones del presente Cancionero son indudablemente debidas à los muchos y muy notables maestros españoles que florecieron en Italia durante el siglo XVI. Añadirè que la versiòn del Cancionero de Palacio consta de tres estrofas, todas distintas de la que aqui publicamos.
Por ùltimo, creo oportuno consignar un curioso dato relativo à la ilustre personalidad del fundador de nuestro teatro que no recuerdo haber visto reproducido correctamente por ningun erudito español, y por el cual se viene en conocimiento que el Arcediano mayor de la Catedral de Màlaga, seguia interpretando sus obras dramàticas en la Corte pontificia.
Se trata de una Carta de Stazio Gadio, escrita al Marques de Màntua, Francisco Gonzaga, con fecha 11 de Enero de 1513, dàndole noticias de su hermano Federico, detenido en rehenes por el batallador pontìfice Giulio della Rovere, que ha sido publicada por el historiador italiano Alesandro Luzio, en su estudio: Federico Gonzaga, ostaggio alla Corte di Giulio II (Archivio della R. Società Romana di Storia Patria. Roma. 1887. Vol. IX. pag. 46). Es documento curioso y el fragmento que nos interesa dice asi:
»Zovedi a VI, festa de li tre Re, il s:r Federico... si ridusse alle XXIII hore a casa del Cardinale Arborensis, invitatto[Pg 45] da lui ad una commedia... Cenato adunche si redusseno tutti in una sala ove si avea ad representare la comhedia (sic). Il p:to R:no era sedendo tra il Sig. Federico, posto a man drita, et lo Ambassator di Spagna a man sinistra, et molti vescovi poi a torno, tutti spagnoli, et piu putane spagnole vi erano che homini italiani, perchè la commedia fu recitata in lingua castiliana, composta da Zoanne de Lenzina, qual intervenne lui ad dir le forze et accidenti di amore, et per quanto dicono spagnoli non fu molto bella et poccho delettò al s:r Federico.»
Quizà la cita parezca impertinente en este lugar, pero no obstante su interès salta à la vista. La ejecuciòn el dia de Reyes de 1513, (es decir el 6 de Enero y no en los primeros dias del mes de Agosto del mismo año como generalmente se dice) en casa del Cardenal de Arborea, de una comedia que trata de la fuerza y accidentes del amor, compuesta e interpretada por Juan del Enzina, no solo prueba, contra la creencia mas admitida, que los espectàculos dramàticos no cesaron en Roma durante el reinado del Papa guerrero, sino que puede contribuir à fijar la fecha exacta en que se representò, sin duda por primera vez, la Farsa de Plàcida e Vittoriano, compuesta en Roma segùn afirma de modo terminante Juan de Valdés, y de la cual existe una ediciòn romana de 1514, al decir de Moratin, que hasta ahora no ha sido descubierta.
Tèngase en cuenta ademàs que, conforme à lo expuesto en mi trabajo Sobre Juan del Enzina (Màlaga. 1895), el Arcediano de la Catedral malacitana, asistiò segun puede verse en las actas capitulares de dicha iglesia, à la reunion del Cabildo, celebrada el dia 13 de Agosto de 1513. Dificilmente, dada la lentitud con que se efectuaban los viajes en aquella època, pudo hallarse en Roma à principios del mismo mes.
Como obra de un tal Gabriel, se encuentra en el Cancionero de Barbieri, un Villancico á tres voces (nro 135) que tiene este mismo mote o estribillo. Ni la ùnica estrofa de que consta, ni la mùsica presentan la menor analogía con la versiòn aqui publicada. Segùn el docto musicògrafo antes citado, la obra en cuestion debe atribuirse à Gabriel el Músico, que figura como poeta en el Cancionero general de 1511, y de quien D. Luis[Pg 46] Zapata dice en su Miscelanea (pag. 406) que se llamaba Gabriel Mena.
Es posible que la letra de las dos estrofas ahora conocidas, que en nada se contradicen, sean obra de un mismo autor, por lo que me he permitido publicar la que se encuentra en el Cancionero de Uppsala, bajo su nombre.
No he podido identificar el origen de este villancico, y confieso que no hè tenido ocasion de ver el Cancionero de Resende, que por ser hispano-portuguès, me hubiera podido quizà suministrar algùn dato.
Lo que me atrevo à afirmar es que seguramente gozò de una gran popularidad. Buena prueba de ello es que en la bonita comedia de Moreto: La fuerza de la sangre (Jor. 1ª. Escena III.) se canta la siguiente redondilla, que se diria traducida de nuestra cancion:
Hasta tres versiones musicales del presente villancico pueden verse en el riquísimo Cancionero de Barbieri: llevan los nro 230-231 y 232 y todas ellas estan compuestas para tres voces. La mas antigua es de Juan del Enzina, lo que hace suponer al docto maestro que tambien la letra pudiera ser obra de tan preclaro talento, por mas que no se encuentre recogida en ninguna de las compilaciones de sus escritos que nos son conocidas. La segunda versiòn algo posterior, segùn lo descubre su estilo, queda anònima, y la tercera, aùn mas moderna, se debe à un cierto Juan Ponce, compositor estimable, de quien se conservan hasta doce producciones en el Manuscrito de la Biblioteca de Palacio.
La versiòn à dos voces del Cancionero de Uppsala no presenta la menor analogía con ninguna de las tres anteriomente conocidas. ¿Serà tambien algun esbozo ó trabajo preparatorio para otra composision de mayor vuelo, debida al propio Juan del Enzina? La poesia es la misma, salvo muy ligeras variantes,[Pg 47] entre las cuales la mas notable se reduce à decir el primer verso de la estrofa primera publicada por Barbieri: El que no sabe de gloria... Faltan aqui las dos coplas o estrofas siguientes.
En la importante coleccion de obras musicales, aun no debidamente estudiadas, que se conserva en la Biblioteca del Duque de Medinaceli, figura la siguiente:
Alto—Recopilaciòn de Sonetos y Villancicos a cuatro y a cinco, de Juan Vazquez. 1560. (Al fin). Impreso en Sevilla en casa de J. Gutierrez, impresor en Cal de Gènova, con licencia del Señor D. Juan de Ovando, provisor de Sevilla.
En 4º apaisado.—Frontis.—Para conclusion, despues de la hoja del membrete, otre hoja perdida con un Hèrcules. Muy curiosa dedicatoria: Al Ilustre Señor D. Gonzalo de Moscoso y Casceres-Penna, firmada: juan Vazquez S. en que habla de Cristobal de Morales, luz de la Mùsica, y de Francisco Guerrero, que tanto lo secreto de la Mùsica ha penetrado, y los afectos de la letra en ella tan al vivo mostrado.
Son cinco cuadernos con el descrito: el de tiple, que lleva la fecha 1559, el de tenor, notable por contener tres canciones añadidas, que faltan en los otros: «La bella mal maridada», «Niña, erguidme los ojos» y «Llamaisme villano», el de Bajo y el de Quinta parte, para los veintidos primeros trozos. Contienen en total 22 canciones à cinco voces y cuarenta y cinco à cuatro.
El nro 22 de estas ùltimas comienza precisamente segun mis apuntes, por el verso:
Como no he podido confrontarla con la version que aqui publico, ignoro si se trata de la misma composicion, aunque la presente esta escrita à tres voces.
Este Juan Vazquez, fuè uno de los mas notables mùsicos españoles de la segunda mitad del siglo XVI, hasta ahora poco conocido. Debiò ser sevillano de origen, pues en la dedicatoria citada, al hablar de Guerrero, dice nuestra Sevilla. Segùn Fétis, fuè maestro de capilla de la Catedral de Burgos.
Lo cierto es que se han conservado muchas obras suyas, pues à mas de la referida coleccion, ya bastante abundante, se[Pg 48] encuentran otras, transcritas para vihuela, en la Silva de Sirenas de Anrriquez de Valderràuano (Valladolid 1547) y en la Orphenica Lira... de Miguel de Fuenllana (1554). Y si esto pareciera poco, en la misma Biblioteca de Medinaceli se custodia la ùnica parte de Bajo (por desgracia) de otra curiosa compilacion que contiene hasta vèinticinco canciones de su composicion. He aqui su señalamiento:
Bajo. Villancicos y canciones de Juan Vazquez, a tres y a cuatro—(Al fin.) Fueron impresos estos Villancicos y Canciones en casa de Juan de Leon, impresor de la Universidad de Osuna. 1551.
En 4º apaisado—23 h.—Frontis con el escudo del Mecenas, Don Antonia de Zuñiga, à quien la Dedicatoria, firmada por el autor, và encabezada.
A mas de Canciones y Villancicos castellanos, hay tambien algunos Sonetos, lo que como dice Juan Vazquez, no creo dejarà de dar a V. M. algun contentamiento.
Como composicion musical es la perla del Cancionero de Uppsala. No puede darse nada mas perfecto, por la fuerza expresiva y el color romàntico y misterioso, asi como por la intima y maravillosa union de la mùsica con la poesia. La pasion amorosa se muestra con todo su vigor en aquellas admirables escalas descendentes, sobre las que se cantan las vehementes palabras: Como no venìs, amigo... Nòtese à título de curiosidad, que la letra recuerda mucho un pasage de la Cancion de Melibea en el Acto Decimonono de la portentosa tragicomedia de Celestina.
Se comprende que este Villancico fuera muchas veces reproducido.
Se hallaba probablemente en el Manuscrito de Palacio, publicado por Barbieri, en una de las hojas que faltan. El Indice señala en efecto al folio clx. un Villancico: Que la noche hace escura...
Puede verse tambien en el rarísimo Libro de Mùsica de vihuela... de Diego Pisador (Salamanca. 1552.) Es el primero à tres voces (fol. 9) del Segundo Libro, en que hay Villancicos à tres voces y à cuatro voces, y de ellas va la voz cantada por de fuera y las otres tres tañidas.
La letra presenta ligeras variantes y por tal causa creo prudente transcribirla:
Me trae à la memoria este Villancico el recuerdo del curioso libro de Alonso Nuñez de Reinoso: Historia de los amores de Clareo y Florisea, y de la trabajos de Isea, con otras obras en verso, parte al estilo español, y parte al estilo ìtaliano agora nueuamente sacada a luz.—Con Privilegio. (Escudo del Impresor.) En Venecia, por Gabriel Giolito de Ferraris y sus hermanos, 1552.
(Al fin.) Imprimiòse esta Historia de Florisea en la muy noble ciudad de Venecia, por Gabriel Yulito y sus hermanos y cabose 1ro de Mayo de 1552 años.
En el libro segundo que comprende las Obras en coplas castellanas y versos al estilo ìtaliano, pag. 20-23, se lee una Glosa al Villancico:
Hasta aqui no existe verdadera analogía, pero la tercera estrofa entre las siete de que consta la glosa, dice asi:
No he podido comprobar si esta lindìsima poesia, una de las mas delicadas y bellas, en mi modesto entender, de la colecciòn uppsaliense, serà debida el númen de aquel gran poeta y estreu caualler mossen Ausias March, cuyas obras fueron impresas por primera vez en Barcelona, por mestre Carles amoros Prouençal, Lany MDXLIII A XXII del mes De dessembre.
La mùsica que en nada le cede à la letra, presenta en la parte de tiple, cierta remota analogia con una preciosa Villanella Spagnuola, titulada: Amante felice, cuyo texto comienza:
Y que se halla recogida en la peregrina obra, de la que he visto el ùnico ejemplar conocido, conservado en la Biblioteca del Liceo Musicale de Bolonia. Su señalamiento es como sigue:
Affetti amorosi—Canzonette ad una voce sola, poste in musica da diuersi con la parte del Basso & le lettere dell' Alfabetto per la Chitarra alla spagnola raccolte da Giovanni Stefani, con tre Arie Siciliani & due Villanelle spagnole. Venecia. Ales. Vincenti. 1618.
Agregarè que en nuestros dias, el maestro Pedrell, legìtima gloria de la mùsica española, ha utilizado tan lindo tema, quizas de origen popular, en el delicioso Coloquio de Brunisenda con el trovador Miraval, pàgina del mas refinado gusto, que embellece la soberbia escena de la Corte de amor en la primera Jornada de la trilogia lìrica: Los Pìrineos, la ùnica produccion del teatro lìrico español de algun empuje, que ha traspasado con èxito la frontera, siendo conocida y admirada en toda Europa.
Como anònimo, aparece este Villancico publicado en un raro pliego suelto (in 4º) citado por Gallardo (Ensayo... Madrid. 1863. tom Iro nro 569): Copias de Anton Vaquerizo de | Morana. Y otras | de tan buen ganadico Y otras canciones y un Villancico, que es precisamente el que nos interesa.
El sàbio maestro Menendez y Pelayo, lo reproduce en el tomo IV de su admirable Antologia de Poetas lìricos castellanos sin decir quien sea su autor. Ahora bien en el Cancionero de[Pg 51] Barbieri, se hallan las Coplas de tan buen ganadico como de Juan del Enzina, y lo que es mas, en el Cancionero de dicho poeta (Edicion de Jorge Coci—En Çaragoça. Acabòse à X dias del mès de Deziembre. Año de mill e quinientos e deziseys años.) al folio 77, puede leerse un Villancico que comienza: Ojos garzos a la niña...
Conosco ademas otra interpretacion musical à cinco voces del mismo texto, que figura en la ya citada Recopilaciòn de Sonetos y Villancicos... (Sevilla. 1560) de Juan Vazquez (nro 34 de la segunda parte.)
Se encuentra en el Cancionero de Barbieri (nro 258) puesta en mùsica à tres voces, sin indicacion alguna de autor, ni para la letra, ni para la mùsica—Esta no presenta ninguna analogía con nuestra version, pero en cambio el texto es casi igual, salvo algunas variantes; verbigracia los versos 4º y 5º de la estrofa dicen:
¿Tendrà algo que ver este lindìsimo Villancico, de caracter tan nacional, con la preciosa comedia de Luis Velez de Guevara, titulada: La luna de la Sierra? Lo cierto es que en la segunda jornada (Vide Rivadeneyra—tomo XLX = pag. 188) en la primorosa escena entre Anton y Pascuala, el Príncipe Don Juan y el Maestre, rondan à la linda aldeana, en tanto que los mùsicos de su sèquito cantan una letra que dice precisamente:
El celoso serrano al escuchar la rondalla hace la siguiente reflexiòn:
Recuèrdese ademàs que uno de los héroes de la obra,—que quizàs tenga, como tantas otras algun fundamento legendario ó[Pg 52] proceda de algun romance popular—, es aquel malogrado prìncipe Don Juan, hijo de los Reyes Catòlicos, gran protector de Juan del Enzina y para quien el ilustre poeta escribiò su Representacion mitològica, (fol 96 de la citada edicion de Zaragoza) inspirada en Anacreonte, que Gallardo al reimprimir de nuebo en el Nº V de El Criticòn, confirmò con el tìtulo: El triunfo de amor.
Todas estas coincidencias me parecen en extremo curiosas.
Creo conveniente agregar que en la curiosa coleccion de Juegos de Noche Buena à lo diuino... (Barcelona, Por Sebastian de Cormellas. Año de 1605) compuestos por Alonso de Ledesma, se inserta un romance A Nuestra Señora: Es el hombre en esta uida—Un viandante que no para... compuesto sobre el juego:
Hasta cuatro versiones mas de este Villancico me son conocidas: tres arreglos para vihuela que se hallan respectivamente en la Silva de Sirenas de Anrriquez de Valderrauano (Valladolid, 1547), en el Libro de Mùsica de viguela de Diego Pisador (Salamanca, 1552) y en la Orphenica Lyra... de Miguel de Fuenllana (Sevilla, 1554), y la cuarta à cuatro voces, que es el Nº 36 de la segunda parte de la ya antes mencionada Recopilacion de Sonetos y Villancicos... de Juan Vazquez. (Sevilla. 1560).
Puede verse tambien en el citado Libro de Mùsica de viguela de Diego Pisador (Salamanca, 1552): Segundo libro: pag. 15: Si te uas a bañar, Juanica, à cuatro voces, Las tres voces tañidas y la otra cantada....
Fuè asimismo puesto en mùsica à cinco voces por el ilustre Juan Vazquez: pues figura (Nº 22 de la primera parte) en su Recopìlacion de Sonetos y Villancicos... (Sevilla 1560). La letra presenta ligeras variantes.
Existe ademas un arreglo para vihuela en el rarìsimo libro de cifra publicado por Esteban Daza, bajo el titulo: El Parnaso.... Valladolid 1576.
Este Villancico que tiene todas las trazas de ser obra de Juan del Enzina, me parece hermano gemelo de aquel otro tan lindo que se halla en la coleccion de sus obras y que comienza:
Muy interesante por su forma dialogada para la historia del teatro lírico español. Es de advertir que en el Cancionero de Barbieri (nro 348) se halla puesto en música, à tres voces, por un compositor llamado Aldomar, de quien nada se sabe. La letra es casi la misma, aunque ostenta ligeras variantes, siendo la mas notable, que el tercer verso de la copla dice: Que luego no te vencieras....
Pero lo particular del caso es que la mùsica presenta grandes analogías. La parte de tiple es idèntica en ambas composiciones, aunque en la actual resulta mucho mas desarrollada. Debe tratarse de un tema popular, utilizado por dos compositores, si bien es posible que se trate de dos versiones escritas por un mismo maestro—el desconocido Aldomar—ya que en realidad ambas composiciones son semejantes en el fondo.
Según Barbieri, Gallardo poseia un Centon de poesias manuscritas, de letra del siglo XVI, compilado al parecer en Andalucia, en el que se encontraba este Villancico, transcrito sin nombre de autor. Tanto en esta versiòn como en la del Cancionero de Palacio, el texto consta de varias coplas.
Añadirè por ùltimo que Jorge de Montemayor hizo una glosa que comienza: ¡Ah Pelayo! ¿Donde estas?... sobre el Villancico ajeno:
Puede leerse al fol. 69, de su Cancionero... (Zaragoza, por Juan Perier, 1562.)
Forma un cuadro muy pintoresco, con sus toques realistas. Se dirian los comentarios de los concurrentes al patio de una casa de vecindad, acerca de un episodio algun tanto picaresco alli acaecido, que los chismosos sazonan con sus exclamaciones ¡Lloat sia Deu!—Muy interesante desde el punto de vista de la expresiòn dramàtica, para la historia del teatro lìrico nacional.
Una nota manuscrita, en francés antiguo, que puede leerse en el margen de una de las pàginas que contienen esta cancion (fol. XXXI) dice:
imprimé(?) pag. LXXXIX en la Silva de Sirenas se tiendra(?) la prèsente chanson misse sur le luth.
Y en efecto, se halla transcrita para vihuela en el dicho folio del curioso libro, asi intitulado, de Anrriquez de Valderrauano (Valladolid 1547).
Ademas, en la Biblioteca del Duque de Medinaceli, aun inexplorada por nuestros musicògrafos, se conserva un Libro de tonos antiguos con sus letras, precioso manuscrito de letra de fines del siglo XVI, en cuya pag. 10 se encuentra un Villancico a cuatro voces: Llaman à Teresica....
¿Tendrà algun parentesco con el que aqui reproducimos?
La poesia no es mas que la 7a estrofa de las Coplas que compuso Fray Ambrosio Montesino, el poeta favorito de Isabel la Catòlica, á reuerencia e deuocion del Santìsimo parto de la Virgen Nuestra Senora, cuyo estribillo ò mote dice:
Se hallan al fol. 49 del Cancionero de diversas obras, hecho y compuesto por el muy Reverendo P. Fr. Ambrosio Montesino, Obispo de Cerdeña, de la Orden de los Menores.—(Al fin) Aqui se acaba...... Fuè impreso en la Imperial ciudad de Toledo, por Juan Ayala, acabose à 25 dias del mes de Enero, año de 1537. (Hay ediciones anteriores.)
Serà este villancico el original—no recuerdo haberlo visto nunca citado—que parodiò el donoso poeta Anton de Montoro, el Ropero de Còrdoba, en aquella copla de tan sacrílega adulaciòn, que dedicò à la Reina Dª Isabel de Castilla:
Sabido es que esta agudeza con visos de blasfemia del judio converso cordobès, merecio no pocas contradicciones, sobresaliendo la de Francisco Vaca (Cancionero general de 1511. fol: LXXV vlto.) y la del portuguès Alvaro de Brito (Cancionero de Resende—Almeyrim—Lixboa. 1516. fol: XXXIJ) quien pedia para su autor las llamas del Santo Oficìo.
Lo curioso sería haber dado con el modelo, seguramente muy popular, de la irreverente parodia.
?Tendrà este Villancico algo que ver con aquel otro Del Comendador Avila à la noche de Navidad: Dadme albricias, que os las pido... que se encuentra en el fol: 14 del Cancionero general de Hernando del Castìllo (Valencia. 1511.)?
Saltan à la vista las analogias que presenta esta cancion con aquella otra publicada en los Villancicos.... de Andrés de Claramonte.—Sevilla 1621.
Puesto en mùsica por Nicolas Gombert, natural de Brujas, y maestro de Capilla del Emperador Carlos v, deste 1520 hasta el 19 de Junio de 1532, fecha en que obtuvo una prebenda en la iglesia de Nuestra Señora de Tournay, ciudad donde residiò hasta su muerte acaecida despues de 1556, pues Hermann Finck lo menciona entre los compòsitores vivientes, en su Pràctica musica, publicada en dicho año. Gombert, honra legìtima de la escuela neerlandesa, residio en España, desempeñando los años de 1530 à 1534, el puesto de Maestro de infantes de la Capilla Real. He descubierto y poseo copia de la magnifica cantata que escribio en Junio de 1529, para celebrar la reconciliacion del Pontífice Clemente vii con el Cesar, despues del memorable Saco de Rona y de la Paz de Cambray.
Hàllase puesto en mùsica à cuatro voces por Juan Vazquez, en su tantas veces citada Recopilaciòn de Sonetos y Villancicos... (Sevilla 1560) Es el nro 2 de la Segunda parte: Dicen a mi que los amores he.....
El famoso D. Luis Milàn, en su raro libro El cortesano (Valencia, 1561, ut Blasius Nauarro) hace mencion del Villancico: Sì amores m'han de matar.....
En el folio cxvj, uno de los que faltan en el Cancionero de Palacio que publicò Barbieri, se hallaba transcrito, segun puede verse en el Indice de tan precioso documento, que reprodujo el erudito musicògrafo antes nombrado.
En el peregrino libro intitulado: El maestro o Mùsica de viguela (Valencia, 1534), el mas antiguo que conocemos entre los de cifra, obra del antes citado D. Luis Milàn, caballero valenciano al servicio del Duque de Calabria, se encuentra un Villancico portuguès que comienza con las palabras
He anunciado en el titulo de este trabajo Cincuenta y cuatro canciones españolas del siglo XVI, nùmero de las contenidas en el Cancionero de Uppsala, pero en realidad solo publico cincuenta y dos, por tener los nro III y XX, y IV y XVII una misma letra.
Para compensar la falta—si bien à medias—recogerè en este centon, otra cancion española de la misma centuria, pero de su segunda mitad, que he hallado en un raro libro de mùsica, conservado en el rico venero de la Biblioteca uppsaliense. Hè aqui su señalamiento:
Septiesme Livre | des Chansons a quatre Parties, de nou-|
ueau reueu, corrigè, et de plusieurs | autres nouuelles Chansons,
(lesquelles iamais n'ont estè im-| primées,) augmentè. Toutes
conuenables tant | aux instruments qu'a | la voix. (Viñeta) Im-
primè à Louuain, par Pierre Phalese, Libraire Iuré. L'an 1570.
Cuatro cuadernos, en 4º. apaisado, para las voces de Discantus, Contratenor, Tenor y Bassus.—Contienen 48 canciones, 7 de Clemens non Papa, 8 de Sandrin, 8 de Cricquillon, 2 de Rogier y una respectivamente de Cadeac, Godart, Baston, Gombert y Benedictus, todas con letra francesa, asi como trece anònimas. Las cinco restantes, tambien sin indicacion de autor, tienen, tres, texto latino (la que comienza con las palabras Gallis hostibus in fugam coactis... parece aplicarse à algun incidente de las guerras de Flandes), una, texto italiano y la otra castellano. Esta ùltima (conste que respeto la bàrbara ortografia del original) dice asi:
Letra muy propia de la gente soldadesca de nuestros tercios, y que por eso precisamente presenta algun interes.
Y no teniendo mas que añadir para saldar la cuenta—vèase si es grande la penuria de mi ingenio—me retiro por el foro, confuso y avergonzado, pidiendo al lector perdon por mis muchas faltas.
Portada | pag. | 1 |
Dedicatoria | » | 3 |
Introduccion | » | 5 |
Título de la impresion veneciana de 1556 | » | 7 |
Primera parte—Texto | » | 9 |
Segunda parte—Notas y Comentarios | » | 39 |
Añadidura final | » | 57 |
Indice | » | 59 |
Colofon | » | 60 |
Este librejo ò librillo (que en realidad
no merece otro nombre), compuesto
para festejar la ascencion del Doctor
Staaff, à la Càtedra de Lenguas
romances de la Real Universidad
de Uppsala,—¡Vitor al Profesor
Staaff!—fuè impreso
por la Tipografía Acadèmica,
en los talleres de
Almqvist y Wiksell,
en la noble ciudad
de Uppsala, y acabose
de imprimir
à 30 de
Enero de
1909.